lunes, marzo 24

LA MENTE EN BLANCO

¿Es eso posible?

¿A qué se le llama dejar la mente en blanco?

Yo puedo dar fe de que jamás de los jamases he conseguido tener la cabeza sin un sólo pensamiento. Y tal como están las cosas no sé si eso es bueno o es malo.

Lo mío es de nacimiento. Ya de pequeñita -seis escasos años- me entretenía con elucubraciones de lo más metafísicas, guardo recuerdo de la primera que me produjo un gran desasosiego… “mama, no me engañéis más… ¿me queréis decir de una vez quién fue antes si Adán y Eva o el hombre de Cromagnon?”.

También encontraba un cierto gusto en pensar (y esto no se si podré expresarlo bien) en cuestiones del tipo ¿y si no existiera nada en el universo?, pero nada de nada,… ¿qué pasaría? y a partir de aquí, me regodeaba aun más con ideas como… ¿Y si ni siquiera existiera la nada…? y he de reconocer que esa sensación se volvía atractiva, muy atractiva.

Ahora con la perspectiva que da la edad pienso que muy normal no era y menos a esas edades, pero que le vamos a hacer… yo soy así.

El caso es que siempre tengo que tener la cabeza entretenida con algo, que si hago operaciones matemáticas con las matrículas de los coches que me rodean hasta reducirlas a cero, que si calculo la cadencia de los semáforos que me encuentro en el camino. Como buena chica de ciencias siempre entretenimientos matemáticos.

Confieso que para dormir hago series numéricas… ese es mi mantra.

Por eso me río cuando escucho… ¡RELAJATE, DEJA LA MENTE EN BLANCO¡

1 comentario:

xalapa50 dijo...

A mi me pasa lo mismo (con lo de hacer operaciones con lo de las matrículas y con las series numéricas, sobre todo)Aún así, de pequeño no me planteaba esas preguntas filosóficas (ni aún ahora) Buen blog!