jueves, marzo 13

PERDER LOS PAPELES

Soy mujer, esposa, hija, hermana, tía, sobrina, prima, amiga, nuera, cuñada… (éstas sin elección).

Soy empleada, jefa, compañera, vecina, paciente, ciudadana, socia, participante…. (en estas he tenido alguna opción)

Pues además de todo esto, hasta cierto punto calificable e incuestionable, soy un compendio de clichés que sobre mi persona se han establecido y contra los que lucho a diario para mi desventura.

Es imposible estar siempre a la altura de lo que esperan de una, tanto para lo bueno como para lo malo.

Encima, a mí, me encanta sorprender, romper los esquemas. ¡AGOTADOR!

El principal problema es que los demás ven en ti lo que quieren ver (supongo que eso lo hacemos todos) y no lo que tu quieras que vean.

Básicamente esta es la explicación a la mayoría de los conflictos surgidos en nuestra vida.

Una, que es como es y lo cuestiona todo, llegado este momento me planteo… ¿Soy como yo creo que soy o soy como creen los demás? ¿Me veran como yo me veo?

Siempre que alcanzo este punto y me empieza a patinar el cerebro, recurro a las dos frases que tengo comprobado tranquilizan mi razón ….


Francamente querida…. ¡Me importa un bledo¡ o ….
Ya lo pensaré mañana.


¡Cuanta sabiduría¡

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