Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias y las definitivas…
En ellas he encontrado argumento y defensa contra los acontecimientos que me envuelven últimamente.
¡Que pena que una no sepa expresarse en estos términos¡
Y es que la rutina me puede, me mata y me agota.
Los miserables proliferan a mí alrededor inundando cuanto tocan con su miseria.
Y cada vez son más esas ausencias transitorias y definitivas a las que hay que acostumbrarse.
Pero fíjate tu que una encuentra esperanza en casi cualquier cosa y por eso voy a defender... mi alegría incluso del agobio de la obligación de estar alegre....
P.D.“Se nota que el curso de control de emociones y risoterapia está funcionando”