jueves, enero 29

LO QUE NO ME PASE A MI

“…lo que no me pase a mi o a mi hermano no lo conoce el ser humano”

Pues este es el dicho con el que martillean constantemente mis oidos los amigos y conocidos y la verdad es que tienen razón.
Es que soy “el pupas”, todo, todito, todo, me pasa a mi….supongo que a base de rogar a Dios y a los Santos desde chiquita con la cantinela “… antes que le pase a mi familia que me pase a mi, antes que le pase a mi familia que me pase a mi …” pues al final creo que lo he conseguido,… todo me pasa a mi.

A ver, puede que influya que soy muy de actividades “arriesgadas”, que donde haya un jolgorio allí este yo, pero desde este fin de semana tengo la certeza de que aunque me quedara en casa … “todo me pasaría a mi”.

Fui la primera en pegarse el piñazo durante el curso de parapente (vale, los demás fueron mas graves pero el mío fue el primero, con el consabido cachondeo), fui la única en dislocarse el cuello haciendo puenting (aunque eso fue por mirar cuando avisaron de que no se mirara) y así ha venido siendo desde el origen de los tiempos …

En cuanto a enfermedades de estas raritas… eso ya no tiene nombre, recuerdo que de pequeña solía desmayarme siempre que había algún evento interesante, un brillante neurólogo llego a la conclusión de que era “retrasada” literalmente le dijo a mi madre: señora hágase cuenta que la niña tiene dos años menos…. menos mal que mi santa madre no se dejo apabullar por el diagnóstico. Luego he ido sufriendo diagnósticos diversos sobre dolencias variadas y excepcionales que encima no puedes compartir con el común de los mortales por su rareza, jeje …con lo que eso consuela.

¿Qué por qué he recapitulado sobre la cuestión?

Porque pasar la tarde del sábado en urgencias, esperando a que el oftalmólogo de guardia te extraiga los cristales rotos que tienes en un ojo por haber fregado los platos cuando tienes lavavajillas… ¡eso, eso no le pasa a cualquiera!
¡Con el permiso de Forges!

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