lunes, abril 20

CANTOS RODADOS

Pero bueno… ¿Qué está pasando?

¿Quién nos iba a decir que llegaría el día en que nos veríamos así?
No hay derecho, no señor, no lo hay.

Nos habían contado tantos cuentos sobres príncipes y princesas, con finales felices que comían perdices y que no creímos. Nosotros estábamos por encima de esas cosas.
Por reírnos de esos cuentos nos creímos otros: que si lo podemos todo, que se puede estar, ser y sentirse feliz… en casa, en el trabajo, con la familia, con los amigos.

¿Yo pasar por eso? Ni loco. ¡A mi eso jamás!

Pues ya estamos en ese punto. Pasando, tragando, aguantando y poniendo buena cara.
Haciéndolo por convicción, por obligación, por necesidad o por amor, pero haciéndolo y lo que es peor justificándolo ante los demás y ante nosotros mismos.

Y no pasa nada, hoy por hoy no pasa nada. Ayer si habría pasado. ¡Ya te digo!

Y eso es lo que me jode, que ya no tenemos aristas, que todo nos resbala, que nos estamos puliendo y desgastando.

Se que la mayoría lo ve como algo bueno pero yo no, yo no quiero aceptarlo.
Y en no aceptarlo es en donde radican mis miserias.

Y que quede claro: aunque lo esperaba confiaba en que no lo haría, aunque lo hizo espero que lo explique y aunque lo explique espero poder creerlo.