jueves, junio 12

CON LA IGLESIA HEMOS TOPADO

¡Castigo de Dios!

Y además me lo merezco por bocazas.

¿Que pinto yo haciendo las peticiones en una misa oficiada por nueve sacerdotes, un vicario general, un obispo y seminaristas varios?

Estas cosas sólo me pasan a mí y es que me pierde la “buena fe”.

Mi madre que es muy católica, apostólica y romana termina un “curso” de tres años de agente pastoral o algo así y yo, en mi afán de complacer al mundo en general y al mío en particular, me ofrezco en acompañarla a la fiesta de graduación; para que el resto del personal pueda comprobar que mi madre tiene familia y que estamos muy orgullosos de ella. (El resto de la familia que es más lista que yo argumentó razones de escaso peso para no asistir).

El chiste del asunto es que yo para estos temas vengo desarrollando un espíritu muy crítico desde siempre, así que el sacrificio era bien conocido por mi entorno más cercano.



A lo que vamos, que puesta a ganarme el cielo con el sacrificio, mi madre decidió explotar la situación al máximo y el evento se prolongó desde las seis de la tarde hasta las once de la noche, incluyendo master class por parte del señor obispo y aportaciones sobre la experiencia por parte de varios alumnos, entrega de diplomas, misa (de las muuuuuy largas) y fiestuqui entre diáconos, seminaristas,… etc.

Pero quedaba lo mejor… y esa parte me estaba reservada sólo para mi.

Esta visto que cuando una coge inercia en lo de agradar…

En el momento del traslado del aula magna a la iglesia un amable chico se me acerca …

Perdona, ¿me podrías ayudar?
SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, ¡faltaría más!
Es que necesito alguien que me ayude a hacer…. (En este momento no entiendo
en que le tengo que ayudar, pero me pide que le acompañe)
Y nos dirigimos
hacia el altar mayor … HORROR , TERROR Y PAVOR, me pide que lea tres peticiones, ¿a mi?…¿yo?… ¡cielos! Y no hay vuelta atrás, le había dicho que si de antemano.

Pues nada a pringar y encima poniendo buena cara, a la mierda mis principios…

Mi madre más contenta que unas pascuas y mi conciencia traicionada y regurgitando durante toda la ceremonia... es que encima me toca pedir por el papa, la iglesia, el obispo y los curas…. ¡Ay Señor, Señor!

¡Yo que este año le año les he quitado la cruz en mi declaración de hacienda¡



… ¡y es que Dios castiga sin palo ni piedra!

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